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domingo, 19 de mayo de 2019

ORACIÓN A SAN JUAN BOSCO PARA PEDIR UNA GRACIA ESPECIAL



ORACIÓN PARA PEDIR UNA GRACIA ESPECIAL

Hoy 31 de Enero celebramos el día de San Juan Bosco, patrono de la juventud, fundador de los salesianos y de las hijas de María Auxiliadora.
Pedimos una gracia especial con esta oración:
Glorioso San Juan Bosco, tú ves de cuantos males somos esclavos, ves que el dolor es nuestro compañero porque pecamos tanto. Tú también sufriste la miseria, el abandono, la calumnia, la persecución, y fuiste la esperanza de todos lo que recurrieron a ti. Ahora que estás en el cielo, ten compasión de nosotros y escucha nuestras súplicas para que obtengamos la gracia de…
(Pedir la gracia que se desee).
A ti nada te niega el Señor, porque tanto has hecho en esta tierra para su gloria y honor. Intercede por mí, concédeme la gracia implorada, si es útil para la santidad de mi alma y concédeme a través de tu oración la perseverancia en el bien, para que pueda reunirme un día y alabar a Dios en el cielo y agradecerle junto a ti por los siglos de los siglos. Amén.
V. San Juan Bosco, R. ruega por nosotros. 


LA HISTORIA DE MARÍA AUXILIADORA


LA HISTORIA DE MARIA AUXILIADORA
- San Juan Crisóstomo, en Constantinopla en al año 345, dice: » Tú, María, eres auxilio potentísimo de Dios”. Él fue el primero en llamarla Auxiliadora.
- San Sabas en el año 532 narra que en oriente había una imagen de la Virgen que era llamada «Auxiliadora de los enfermos», porque junto a ella se obraban muchas curaciones.
- San Juan Damasceno en el año 749 fue el primero en propagar la jaculatoria: «María Auxiliadora, ruega por nosotros». Y repite: la virgen es «auxiliadora para evitar males y peligros y auxiliadora para conseguir la salvación».
- En Ucrania, se celebra la fiesta de María Auxiliadora el 1 de octubre desde el año 1030, en ese año libró a la ciudad de la invasión de una terrible tribu de bárbaros paganos.
- En el año 1572, el Papa San Pio V ordenó que en todo el mundo católico se rezara  en las letanías la advocación » María Auxiliadora, ruega, por nosotros», porque en ese año Nuestra Señora libró prodigiosamente en la batalla de Lepanto a toda la cristiandad que venía a ser destruida por un ejército mahometano.
- En el año 1600 los católicos del sur de Alemania hicieron una promesa a la Virgen de honrarla con el título de auxiliadora si los libraba de la invasión de los protestantes y hacía que se terminara la terrible guerra de los 30 años. La Madre de Dios les concedió ambos favores y pronto había ya más de 70 capillas con el título de María Auxiliadora de los cristianos.
- En 1683 los católicos al obtener inmensa victoria en Viena contra los enemigos de la religión, fundaron la asociación de María Auxiliadora, la cual existe hoy en más de 60 países.
- En el siglo XIX el Emperador Napoleón, llevado por la ambición y el orgullo, encarceló al Sumo Pontífice, el Papa Pío VII.
Varios años llevaba el Vicario de Cristo y no se veía la esperanza de obtener la libertad, pues el emperador era el más poderoso de ese entonces. Hasta los reyes temblaban en su presencia y su ejército era el vencedor en todas las batallas. El Sumo Pontífice hizo entonces una promesa: Oh Madre de Dios, si me libras de esta indigna prisión, te honraré decretándote  una nueva fiesta en la Iglesia Católica.
Y muy pronto sucedió algo inesperado. Napoleón que había dicho: «las excomuniones del Papa no son capaces de quitar el fusil de la mano de mis soldados». Vio con desilusión que en los fríos campos de Rusia, a donde había ido a batallar, el frío helaba las manos de sus soldados y el fusil se les iba cayendo. Y el que había ido deslumbrante, con su famoso ejército, volvió humillado con unos pocos y maltrechos hombres.
Y al llegar se encontró con que sus adversarios habían preparado un fuerte ejército el cual lo atacó y lo derrotó totalmente. Luego fue echado de su país y terminó tristemente en prisión.
El Papa pudo volver entonces a su sede pontificia y el 24 de Mayo de 1814 regresó triunfante a Roma. En memoria de este noble favor de la Virgen María, Pío VII, decretó que en adelante cada 24 de Mayo sería la celebración de acción de gracias a la Madre de Dios.

SAN JUAN BOSCO Y SU DEVOCIÓN
A MARIA AUXILIADORA
San Juan Bosco, nació en 1815, un año después de que Pío VII instituía la fiesta del 24 de Mayo a La Virgen María. Y será en 1862, en plena madurez de San Juan Bosco cuando hace la opción mariana definitiva: Auxiliadora
La Virgen quiere que la honremos con el título de Auxiliadora, los tiempos que corren son tan difíciles que tenemos la necesidad de que nos ayude a conservar y a defender la fe cristiana.
Desde sus primeros años de sacerdocio Don Bosco tenía el propósito de construir un templo en honor a la Virgen Santísima. El segundo domingo de octubre de 1844 tiene un sueño profético. En aquel sueño contemplaba una Iglesia grande y hermosa en cuyo interior vio escrito: Aquí mi casa, de aquí mi Gloria.
Luego en 1845, en un nuevo sueño, contemplaba una hermosa Iglesia en un campo de mártires de Turín, Italia, donde hoy se encuentra el santuario-Basílica de María Auxiliadora.
En 1863 Don Bosco comienza la construcción de la Iglesia. Todo su capital era de 40 centavos y ese fue su primer  pago que le hizo al constructor. Un año más tarde se hizo la consagración del templo.
Lo que le llamó más la atención a Don Bosco y a la gente es que María se había construido su propia casa, para irradiar desde allí su protección. Don Bosco decía: No existe un ladrillo que no sea señal de alguna gracia.
Una jaculatoria muy especial a la que nuestra Madre responde siempre, decía Don Bosco es: María Auxiliadora, Ruega por nosotros!
En el cielo nos quedaremos sorprendidos al conocer todo lo que María Auxiliadora ha hecho por nosotros aquí en la tierra.  


ORACIÓN MILAGROSA A MARÍA AUXILIADORA


ORACION A MARIA AUXILIADORA
Su milagrosa Oración:
¡O María Auxiliadora, nosotros nos encomendamos  totalmente y sinceramente a ti!
Tú que eres Virgen Potente, quédate siempre cerca de cada uno de nosotros.
Le pides a Jesús,  « ya no tienen vino » por los novios de Cana, para que Jesús pueda renovar el milagro de la salvación.
Le dices a Jesús: « ¡Ya no tienen vino! », « ¡No tienen salud, no tienen serenidad, no tienen esperanza! ».
¡Entre nosotros hay muchos enfermos, algunos también graves, confórtalos, María Auxiliadora!
¡Entre nosotros hay muchos ancianos solos y tristes, consuélalos,  María Auxiliadora!
¡Entre nosotros hay muchos adultos desalentados y cansados, susténtalos,  María Auxiliadora!
¡Tú que te has hecho cargo de cada persona, ayuda a cada uno de nosotros a hacernos cargo de la vida del prójimo!
Ayuda a nuestros jóvenes, sobre todo los que llenan las plazas y las calles, pero no logran llenar sus corazones de sentido.
¡Ayuda nuestras familias, sobre todo las que trabajan para vivir la fidelidad, la unión, la concordia! Ayuda a las personas consagradas para que sean  una señal transparente del amor de Dios.
Ayuda a los sacerdotes, para que puedan comunicar a todos la belleza de la misericordia de Dios.
Ayuda a los educadores para que sean ayuda auténtica al crecimiento.
Ayuda a los gobernantes para que sepan siempre buscar y hacer solo  el bien a las personas.
Oh Madre amada,  Maria Auxiliadora, viene a nuestras casas, tú que has hecho de la casa de San Juan  tu casa, según el pedido de tu amado Hijo Jesús en la cruz.
Protege la vida en todas sus formas, edad y situaciones.
Sustenta a  cada uno de nosotros para que nos convirtamos en apóstoles entusiastas y creíbles del Evangelio.
Y custodia en la paz, en la serenidad y en el amor, a cada persona que levanta hacia  ti su mirada y a ti se encomienda.
Amén. 


FRASES DE SAN JUAN BOSCO A MARÍA AUXILIADORA



FRASES DE DON BOSCO A MARÍA AUXILIADORA

1.- María ha sido siempre mi guía. El que pone su confianza en ella nunca quedará defraudado.
2.- Es imposible ir hacia Jesús si no pasas por el Amor a María.
3.- Santa María protege a los que están en la necesidad, anima a quien ha perdido la esperanza, fortifica las debilidades, ruega por el pueblo, asiste a los sacerdotes, intercede por las mujeres consagradas, que oigan tu materna ternura todos los que suplican tu ayuda.
4.- Si quieres las alas del fervor, sea la Virgen María tu amor. Un alma a ella fiel puede al cielo llegar.
5.- No gastes tu tiempo, haz el bien, hazlo sin medidas, piensa siempre en el amor a María y no te arrepentirás nunca de lo que has hecho. Cada momento es un tesoro.
6.- María quiero llegar a tus pies benditos!
7.- En el cielo nos quedaremos gratamente sorprendidos al conocer todo lo que María Auxiliadora ha hecho por nosotros en la tierra.
8.- En todos los peligros yo te invoco Madre mía porque sé que eres mi escudo protector.
9.- Confía en María Auxiliadora y verás lo que son los milagros.
10.- María nuestra Santa Madre, quiere la realidad no las apariencias. Camina con los pies en la tierra pero teniendo la mirada y el corazón en el cielo.
11.- María es aquel  Milagro que aún esperas.



TRIDUO A MARÍA AUXILIADORA




PRIMER DÍA DEL TRIDUO

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN INICIAL
¡Oh María! Virgen Poderosa:
Grande e ilustre defensora de la Iglesia, singular auxilio de los cristianos; terrible como un ejército ordenado en batalla, Tú sola has triunfado en todas las herejías del mundo.

¡Oh Madre!, en nuestras angustias, en nuestras luchas, en nuestros apuros, líbranos del enemigo y en la hora de nuestra muerte, llévanos al Paraíso. Amén.

ORACIÓN PARA PEDIR LA CARIDAD
¡Oh María Auxiliadora, gloriosa Madre de Dios! Por aquella unión que tu alma santísima tuvo con el Señor desde el primer instante de tu Inmaculada Concepción, ¡ah!, concédeme la gracia que te pido… y haz que yo empiece, a lo menos desde este instante, a amar de veras a Jesús con amor generoso, puro y constante.

Y por aquel solemne mandato que Jesús nos dió de amarnos alcánzame una sincera caridad para con mi prójimo tanto que me interese prácticamente por su bien y sea fácil en perdonarle, excusarle y también de prevenirle en sus necesidades del alma y del cuerpo, para hacerme siempre más digno de Tí, Auxiliadora de los cristianos. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

ORACIÓN FINAL
¡Dios te salve Reina, Madre de misericordia y auxilio de los cristianos! Pobre hijo de Eva, a quién me dirigiré en este valle de llanto sino a Tí que eres vida, dulzura y esperanza nuestra!

A Tí se eleva mi grito: A TI CLAMAMOS!, a tus pies deposito el peso de mis afanes: A TI SUSPIRAMOS!… Ea, pues, Señora, manifiéstate como lo fuiste siempre, poderosa Abogada: inclina tus ojos maternales sobre mí que te amo tanto, ¡Oh Madre!, hoy más que nunca necesito de tu misericordia y de tu santo auxilio…!

¡Ah! vuelve hacia mí esos ojos tan misericordiosos y quedaré contento… Es verdad, yo soy culpable, pero Tú eres Santa: ¡Oh CLEMENTE! Yo soy ingrato, pero Tú eres buena! ¡OH PIADOSA! Yo soy rebelde, pero Tú eres dulce! ¡Oh DULCE VIRGEN MARIA! No mires mis culpas y pecados y acuérdate sólo de tu bondad: ¡MUÉSTRATE QUE ERES MADRE! Yo me abandono y entrego a Tí como un niño se abandona confiado en los brazos de su madre.

V. María, Auxilio de los Cristianos
R. Ruega por nosotros

V. Ave María Purísima
R. Sin pecado concebida y siempre Virgen, Hija de San Joaquín y Santa Ana es, María Santísima.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

SEGUNDO DÍA DEL TRIDUO

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ORACIÓN INICIAL
¡Oh María! Virgen Poderosa:
Grande e ilustre defensora de la Iglesia, singular auxilio de los cristianos; terrible como un ejército ordenado en batalla, Tú sola has triunfado en todas las herejías del mundo.
¡Oh Madre!, en nuestras angustias, en nuestras luchas, en nuestros apuros, líbranos del enemigo y en la hora de nuestra muerte, llévanos al Paraíso. Amén.
ORACIÓN PARA PEDIR LA SABIDURÍA DIVINA
¡Oh Virgen Auxiliadora, Madre de la verdadera Sabiduría, Esposa del Espíritu Santo!, Tú que eres esplendídisimo faro de luz eterna, concédeme la gracia que te imploro…, y envía a mi alma un rayo de luz celestial.
Sí; yo te pido, oh Madre, aquella ciencia divina que edifica, y que es compañera de la caridad y maestra de la humildad; aquella ciencia que hará que me conozca a fondo a mí mismo y que me eleva al amor de Dios; aquella ciencia que despierta la contrición en mi corazón y me excita a detestar mis culpas pasadas y presentes.
¡Oh María Auxiliadora!, obténme este don del Espíritu Santo, para que se perfeccione en mí la fe y yo camine seguro por la senda del Paraíso. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
ORACIÓN FINAL
¡Dios te salve Reina, Madre de misericordia y auxilio de los cristianos! Pobre hijo de Eva, a quién me dirigiré en este valle de llanto sino a Tí que eres vida, dulzura y esperanza nuestra!
A Tí se eleva mi grito: A TI CLAMAMOS!, a tus pies deposito el peso de mis afanes: A TI SUSPIRAMOS!… Ea, pues, Señora, manifiéstate como lo fuiste siempre, poderosa Abogada: inclina tus ojos maternales sobre mí que te amo tanto, ¡Oh Madre!, hoy más que nunca necesito de tu misericordia y de tu santo auxilio…!
¡Ah! vuelve hacia mí esos ojos tan misericordiosos y quedaré contento… Es verdad, yo soy culpable, pero Tú eres Santa: ¡Oh CLEMENTE! Yo soy ingrato, pero Tú eres buena! ¡OH PIADOSA! Yo soy rebelde, pero Tú eres dulce! ¡Oh DULCE VIRGEN MARIA! No mires mis culpas y pecados y acuérdate sólo de tu bondad: ¡MUÉSTRATE QUE ERES MADRE! Yo me abandono y entrego a Tí como un niño se abandona confiado en los brazos de su madre.
V. María, Auxilio de los Cristianos
R. Ruega por nosotros

V. Ave María Purísima
R. Sin pecado concebida y siempre Virgen, Hija de San Joaquín y Santa Ana es, María Santísima.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

DÍA 3º. DEL TRIDUO

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ORACIÓN INICIAL
¡Oh María! Virgen Poderosa:
Grande e ilustre defensora de la Iglesia, singular auxilio de los cristianos; terrible como un ejército ordenado en batalla, Tú sola has triunfado en todas las herejías del mundo.
¡Oh Madre!, en nuestras angustias, en nuestras luchas, en nuestros apuros, líbranos del enemigo y en la hora de nuestra muerte, llévanos al Paraíso. Amén.
ORACIÓN PARA PEDIR EL TRIUNFO DE LA SANTA IGLESIA
¡Oh Virgen incomparable! que por la asombrosa victoria de Lepanto, resplandeciste con el nuevo título de Auxiliadora…
Oh Madre benigna, poderoso auxilio de los cristianos, concédeme la gracia que te pido… y vuelve a tus antiguas victorias en estos tiempos de osada impiedad.
Guarda piadosamente al Vicario de Jesucristo en la tierra, santifica a los Eclesiásticos y a los Religiosos, y apresura la hora de la misericordia para todos y del triunfo de la Iglesia Católica, a fin de que todo el mundo te aclame a Tí, su Madre y su Reina, y a tu Jesús, su Rey y Salvador. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
ORACIÓN FINAL
¡Dios te salve Reina, Madre de misericordia y auxilio de los cristianos! Pobre hijo de Eva, a quién me dirigiré en este valle de llanto sino a Tí que eres vida, dulzura y esperanza nuestra!
A Tí se eleva mi grito: A TI CLAMAMOS!, a tus pies deposito el peso de mis afanes: A TI SUSPIRAMOS!… Ea, pues, Señora, manifiéstate como lo fuiste siempre, poderosa Abogada: inclina tus ojos maternales sobre mí que te amo tanto, ¡Oh Madre!, hoy más que nunca necesito de tu misericordia y de tu santo auxilio…!
¡Ah! vuelve hacia mí esos ojos tan misericordiosos y quedaré contento… Es verdad, yo soy culpable, pero Tú eres Santa: ¡Oh CLEMENTE! Yo soy ingrato, pero Tú eres buena! ¡OH PIADOSA! Yo soy rebelde, pero Tú eres dulce! ¡Oh DULCE VIRGEN MARIA! No mires mis culpas y pecados y acuérdate sólo de tu bondad: ¡MUÉSTRATE QUE ERES MADRE! Yo me abandono y entrego a Tí como un niño se abandona confiado en los brazos de su madre.
V. María, Auxilio de los Cristianos
R. Ruega por nosotros

V. Ave María Purísima
R. Sin pecado concebida y siempre Virgen, Hija de San Joaquín y Santa Ana es, María Santísima.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

jueves, 16 de mayo de 2019

NOVENA LARGA A MARÍA AUXILIADORA 1º DÍA



DÍAS DE LA NOVENA


1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 


NOVENA A MARÍA AUXILIADORA


PRIMER DÍA
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN PREPARATORIA
¡Oh María Auxiliadora, vengo a postrarme humildemente a tus plantas, para tributarte mi homenaje de amor y gratitud! Indigno soy de recibir nuevos favores de tu mano amorosísima, pues no he correspondido a las innumerables gracias que me has dispensado a cada paso.
Olvidando mi ingratitud y no pensando más que en tu amor y benignidad, vengo a implorar nuevamente tus auxilios.

Concédeme la gracia que deseo..., si no es contraria a la Voluntad de Dios. No me desampares, Madre mía, robustece mi voluntad para que no me aparte del verdadero camino de la virtud; ilumina mi entendimiento para que comprenda cuánto me amas, y santifícame para que logre, mediante tu valiosísimo socorro, alabarte por toda la eternidad. Así sea.

ORACIÓN PARA PEDIR LA HUMILDAD
¡Oh Soberana Señora del Cielo y poderosa Auxiliadora de los cristianos!, por aquella profundísima humildad con que fuiste a servir a Santa Isabel siendo ya, realmente, Madre de Dios, ayúdame a copiar y grabar en mi alma tan bella virtud y a conseguir de tu Divino Hijo la gracia que te pido...

Las culpas que he cometido, mis infidelidades y malas tendencias, la incertidumbre de perseverar en la amistad de Dios, no son, por desgracia, suficientes motivos para inspirarme un bajo concepto de mí mismo; pero Tú ayúdame, oh Madre, y haz que siendo pospuesto, no me resienta; olvidado, me goce; alabado, no me ensoberbezca; a fin de que pueda obtener lo que te imploro, representarte dignamente en la tierra y ser tu corona en el Cielo. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

ORACIÓN FINAL

¡Dios te salve Reina, Madre de misericordia y auxilio de los cristianos! Pobre hijo de Eva, a quién me dirigiré en este valle de llanto sino a Tí que eres vida, dulzura y esperanza nuestra! A Tí se eleva mi grito: A TI CLAMAMOS!, a tus pies deposito el peso de mis afanes: A TI SUSPIRAMOS!...

Ea, pues, Señora, manifiéstate como lo fuiste siempre, poderosa Abogada: inclina tus ojos maternales sobre mí que te amo tanto, ¡Oh Madre!, hoy más que nunca necesito de tu misericordia y de tu santo auxilio...! ¡Ah! vuelve hacia mí esos ojos tan misericordiosos y quedaré contento...
Es verdad, yo soy culpable, pero Tú eres Santa: ¡Oh CLEMENTE! Yo soy ingrato, pero Tú eres buena! ¡OH PIADOSA! Yo soy rebelde, pero Tú eres dulce!

¡Oh DULCE VIRGEN MARIA! No mires mis culpas y pecados y acuérdate sólo de tu bondad: ¡MUESTRATE QUE ERES MADRE! Yo me abandono y entrego a Tí como un niño se abandona confiado en los brazos de su madre.

V. María, Auxilio de los Cristianos
R. Ruega por nosotros

En el nombre del Padre,...



martes, 14 de mayo de 2019

I NOVENA A MARÍA AUXILIADORA



NOVENA A MARÍA AUXILIADORA

V. Virgen Sacratísima, dígnate permitirme que te alabe.
R. Dame fortaleza contra tus enemigos.

ORACIÓN PREPARATORIA 
PARA TODOS LOS DÍAS

Oh Dios Todopoderoso y Misericordioso, que en defensa del pueblo cristiano estableciste admirablemente en la Beatísima Virgen María un perpetuo auxilio; concédenos propicio, que fortalecidos con tal protección, luchando en esta vida podamos en la muerte, conseguir victoria del enemigo maligno, por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Tres Avemarías, Gloria y la jaculatoria

V. María Auxilio de los Cristianos,
R. Ruega por nosotros.

Rezar a continuación la oración del día que corresponda:


DÍA PRIMERO 

¡Oh, María, poderoso Auxilio de los Cristianos que confiados de tu misericordia, acuden a tu trono lleno de confianza! Oye los ruegos de tus hijos que suplicantes imploramos tu poderoso patrocinio, para poder huir del pecado y de las ocasiones de pecar. 


Tres Avemarías y Gloria. 


Terminar con las oraciones finales para todos los días.

DÍA SEGUNDO 

¡Oh, María Santísima, Madre de bondad y de misericordia! tú que siempre libraste al pueblo cristiano, con tu poderoso patrocinio, de los asaltos e insidias del enemigo, protege nuestras almas, te lo suplicamos, de las acometidas del demonio, del mundo y de la carne, para que alcancemos completa victoria sobre los enemigos de nuestra salvación. 

Tres Avemarías y Gloria. 


Terminar con las oraciones finales para todos los días.

DÍA TERCERO 

¡Oh, poderosísima Reina del Cielo, que sola triunfaste de las herejías, que intentaron arrancar a tantos hijos del regazo de nuestra Madre la Iglesia! Ayúdanos ¡oh María! a guardar firme nuestra fe y puros nuestros corazones, en medio de tantas insidias para no contaminarnos con el veneno de tantas perversas doctrinas. 

Tres Avemarías y Gloria. 


Terminar con las oraciones finales para todos los días.

DÍA CUARTO 

¡Oh dulcísima Madre nuestra María, tú que eres Reina de los Mártires por los heroicos actos de valor y fortaleza que practicaste en la tierra! Dígnate infundir en nuestro corazón la fuerza necesaria para mantenernos constantes en tu servicio para que, venciendo todo respeto humano cumplamos sin rubor nuestros deberes religiosos y nos comportemos siempre como devotos hijos tuyos hasta la muerte.

 Tres Avemarías y Gloria.


Terminar con las oraciones finales para todos los días.

DÍA QUINTO 

Querida Madre mía, tú que en el triunfo del Papa Pío VII mostraste tu eficaz patrocinio, desplegaste tu manto protector sobre toda la Iglesia y especialmente sobre su augusto jefe el Sumo Pontífice, defiéndelo en todo momento de los ataques de los enemigos, líbralo de las aflicciones, asístelo siempre para que pueda dirigir al puerto de salvación la navecilla de San Pedro, triunfando de las oleadas embravecidas que amenazan de sumergirla. 

Tres Avemarías y Gloria.


Terminar con las oraciones finales para todos los días.

DÍA SEXTO 

¡Oh, María, Reina de los Apóstoles! toma bajo tu protección a los sagrados ministros y todos los fieles de la Iglesia Católica: alcánzales espíritu de unión, de perfecta obediencia al Romano Pontífice, y de celo ferviente por la salvación de las almas; especialmente te suplicamos extiendas tu amorosa asistencia sobre los misioneros, para que consigan atraer a la verdadera fe de Jesucristo a todas las almas, para formar del mundo entero un solo Rebaño bajo la guía de un solo Pastor. 

Tres Avemarías y Gloria.


Terminar con las oraciones finales para todos los días.

DÍA SÉPTIMO 

No seas, Madre de misericordia, insensible a los dolores de la Iglesia menospreciada en su doctrina y en sus Sacramentos. No permitas sea derramada en balde la sangre preciosísima de tu divino Hijo, ilumina a los ciegos que la persiguen, fortalece a los débiles que no la defienden. Brille ¡oh María! tu poder sobre la tierra; sea glorificada y acatada la religión, observada la ley divina y eclesiástica, para que todos te alaben y alcance la humanidad los goces eternos. 

Tres Avemarías y Gloria.


Terminar con las oraciones finales para todos los días.

DÍA OCTAVO 

Oh María, Madre de Dios y Madre nuestra amantísima, de Ti se ha dicho: todo poder se le ha dado en la tierra y en el cielo; te presentas al trono del Altísimo, no como quien pide, sino como quien manda, a Ti clamamos desde el abismo de nuestras miserias, aleja de nosotros todo mal; bajo tu protección ponemos nuestros bienes, nuestros corazones, almas, potencias, sentidos, vida y todo lo que tenemos; sé nuestro amparo y nuestra defensa durante toda la vida. 

Tres Avemarías y Gloria. 


Terminar con las oraciones finales para todos los días.

DÍA NOVENO 

¡Oh, piadosísima Madre!, Tú que en todo tiempo te mostraste verdaderamente la Auxiliadora de los cristianos asístenos con tu poderosísimo patrocinio en vida y especialmente en el terrible trance de la muerte, y alcánzanos la perseverancia final. ¡Ah! no nos dejes un solo instante hasta que felices cantemos tus glorias y las misericordias de tu Hijo en el cielo, por los siglos de los siglos. 

Tres Avemarías y Gloria. 

Terminar con las oraciones finales para todos los días.

ORACIONES FINALES 
PARA TODOS LOS DÍAS

INVOCACIÓN. 

¡Oh María! Virgen poderosa, grande e ilustre defensora de la Iglesia... Singular Auxilio de los Cristianos, terrible como un ejército ordenado en batalla... Tú sola has triunfado en todas las herejías del mundo. ¡Oh Madre!, en nuestras angustias, en nuestras luchas, en nuestros apuros, líbranos del enemigo, y en la hora de nuestra muerte, llévanos al Paraíso. Amén.



Súplica a María Auxiliadora. 

Necesitando un favor especial, y confiando en tu bondad, a Ti recurro, poderoso Auxilio de los Cristianos. Conocedor de las innumerables gracias que diariamente concedes a tus devotos, he puesto siempre en Ti toda mi confianza; y hoy, humildemente postrado a tus plantas, te suplico, con todo el fervor de mi alma, remedies mi necesidad. 


(pídase aquí la gracia que se desea obtener)


Bien sé, Madre querida que yo no merezco nada; y aún temo que mis culpas sean un obstáculo a tu bondad. Mas Tú puedes, dulcísima Señora, sacarme de este lastimoso estado y hacer que sirva con fidelidad a Ti y a tu divino Hijo, a fin de que yo también pueda experimentar la maravillosa eficacia de tu Santo Auxilio. Amén. 


V. María Auxilio de los Cristianos,
R. ruega por nosotros.